En el taller, los brocados de hilos de seda tejidos son seleccionados y después moldeados, entretelados, plisados o drapeados siguiendo delicadas asociaciones de colores. Y también se bordan o superponen la organza y las vaporosas muselinas, las tafetas y el famoso encaje chantilly, emblemático del estilo Rochas.


Las costureras ejecutan con paciencia y virtuosismo piezas que llevan el sello sensible y artesano de un saber hacer excepcional.




